miércoles, 16 de abril de 2008

Mi jugador personal


En Valechumbar (www.valechumbar.com), Roberto Parrotino, uno de los posteadores, comenzó así el post "Los jugadores personales":

"Tal vez los hubo en todos los tiempos. No lo sé. Lo que sí se es que hay una especie de jugadores que son propios a cada persona. Tipos que uno sólo le encuentra el gusto, que cuando lo tirás entre los amigos te tratan de loco o de poco entendido del tema. Uno los ve y ya está hecho. Son de uno, y si a otro también le gusta comienza a agarrarle algo de bronca, deja de ser un poco personal. (...)Uno sabe que está adentro y espera lo mejor de él. Por eso lo banca, le hace el aguante, casi una apología. Si está en el estadio se enoja con el que lo insulta. Si lo ve por televisión se embronca con el periodista que lo maltrata. No es un crack, para nada. No está entre aquellas estrellas del fútbol mundial, para nada. Pero para la persona que lo admira es diferente. Si estás mirando de ojito un partido, por ejemplo, cuando estás comiendo, levantás la cabeza cuando escuchás el nombre. Se hace difícil encasillarlos dentro de una especie de jugadores. Son los de uno, los propios. Los que estás esperando que te digan “¿Quién? Dejate de joder…”."


Les pido mil disculpas a los de Valechumbar, pero quiero explayarme aquí sobre mi jugador personal (y el de varios argentinos, sean o no de Platense, Instituto, Racing y San Lorenzo). Estoy hablando de Gonzalo Rubén Bergessio, o Lavandina.
A pesar de haber debutado en el ascenso hace 6 años con el calamar, y en primera hace 3 con la gloria, empecé a sentir admiración por él cuando jugaba en Racing. Y eso fue que hizo que haga, el año pasado, el desaparecido blog "El Papa Gonzalo 19", por el número de camiseta que usaba en Racing (aunque ahora sería Gonzalo 32 o 12, ya que usa esos numeros en el torneo local y en la Copa, respectivamente). Él tenía un nosequé que hacía que lo admire. ¿Será la garra que pone en cada partido (que es digna de un jugador de Los Pumas)? ¿Su orígen en el ascenso? ¿O también una posible comparación con Dardo Garrido, aquel antihéroe de "Relatos de un utilero" (que se encuentra en los libros "Una lección de vida", "Puro Fútbol" -ambos del Negro- y en "El líbro de oro del Mundial Francia 98" -de Clarín-, del gran Roberto Fontanarrosa? No lo se. Pero se que es un jugador que a mi me gusta. Ni siquiera el ostracismo que vivió en Benfica me impidió que siguiese admirando al Toro. Y mucho menos el ser hincha de Boca, empedernido anti grande en general (sobre todo con River). No vale decir lo del gol que se morfó con la camiseta de Instituto, ya que en ese momento no lo tenía tan registrado. La sensación que sentí cuando nos hizo un gol el año pasado con la camiseta del albiceleste fue la misma que sintió cuando metió con San Lorenzo un gol a los de Avellaneda. Pero bueno. Ahora se está jugando la clasifiación para la siguiente ronda en la Libertadores. Recién metió un gol, por suerte. Y si quiero que San Lorenzo salga campeón, ya sea de aca o de América, es sola, pura, y exclusivamente por él. Por Gonzalo Rubén Bergessio. Por Lavandina.

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