Triunfar en Europa. Es algo que todos sueñan. Pero viendo la actualidad de los técnicos en el Viejo Continente, el sueño se transforma en pesadilla. El caso más emblemático es el de (naturalmente) Carlos Bianchi. Comenzó su carrera (de DT) en Francia, después, Vélez lo repatrió. ¿El resultado? Tres títulos locales, una copa Libertadores, otra Interamericana, y una Intercontinental. Después, se fue a la Roma. ¿Qué pasó? No pudo ganar nada, y por ende, lo limpiaron. Tras ese fallido se reivindicó en Boca (¡y cómo!): 4 torneos locales, 3 Libertadores y 2 Intercontinentales. Y se fué al Atlético de Madrid. Pero en el Aleti la pasó peor que en la Roma: lo echaron a mitad de temporada.
El segundo caso es el de Rubén Magnano. Otro técnico ganador: en Atenas de Córdoba, ganó varios títulos, y eso le valió el buzo de la Selección, con resultados más que óptimos: segundo lugar en el Mundial 2002 (dicho sea de paso, merecían ser campeones) y oro en Atenas 2004. Y se fue a Italia, y luego a España. Como en el caso del Virrey, fracasó. Finalmente, ahora vemos a Marcelo Loffreda, quién ganó varios títulos con el SIC, y en Los Pumas obtuvo el tercer puesto en el Mundial 2007. Ahora está en el Leicester Tigers, equipo que fue recientemente eliminado de la Copa Europea. Vamos a ver si le pasa lo mimo que a Carlos y a Rubén, o es una excepción a la regla.
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